Teniendo en cuenta que los platos más característicos de la ciudad son la pasta y la pizza, pensé que sería muy complejo visitar Roma sin gluten pero nada más lejos de la realidad. No hace falta atiborrarse a ensaladas, al revés; hemos podido disfrutar de menús romanos espectaculares basados en su gastronomía más típica.
Aquí os dejo algunos lugares y ejemplos que merecen mucho la pena.
Echaba mucho de menos una buena pasta alla vongole, que es de mis favoritas y la encontré en Ristoro della Saluta, al lado del Coliseo. Todo super fresco, buenísimo y la pasta te garantizan que la cuecen a parte, del mismo modo que la vajilla y los cubiertos, que los traen de otro lugar para evitar contaminaciones cruzadas. En nuestro caso no es un problema, no somos celiacos, sólo intolerantes. No es barato, pero mereció la pena.
Sin duda un gran descubrimiento, repetimos varios días en el restaurante Pantha Rei, a unos metros del Panteón de Agripa. Son muy amables, cuidan mucho al cliente celiaco, de hecho tienen dos cocinas separadas, la carta es extensa y está todo buenísimo. 100% recomendable.
Y para terminar, el postre. Estos helados son 100% sin gluten, puedes elegir helados con leche o tipo sorbetes veganos para los intolerantes a la leche como yo. Están buenísimos y su precio es como el de cualquier heladería del centro, están al lado de la Fontana de Trevi.